Otra vez Talleres rompió los códigos: Tentaron a Monllor

Es una historia conocida, que cada tanto suma un nuevo capítulo.

Ya quedó en el pasado y totalmente corroborada la desleal actitud hacia Liniers, tanto del ex Director Técnico Osvaldo Ruggero, como del ex Presidente Osvaldo Loprete, como así también la de algunos jugadores que pertenecían al club y hoy militan en Talleres.

Pero la obsesión de Ruggero hacia el club parece no tener fin. ¿Mentalmente, le habrá quedado alguna cuenta pendiente?

Cuando Silvio Fuentes fue liberado por Laferrere retornó a Liniers, dueño de su pase, iniciando los entrenamientos previos al inicio de la segunda rueda. Ruggero ni bien conoció la noticia, inmediatamente comenzó a acosar al jugador con innumerables llamados telefónicos con el fin de que emigrara hacia Talleres, cuando originalmente no lo tuvo en cuenta entre los jugadores que se llevó al inicio de la temporada. Sus esfuerzos fueron infructuosos. Fuentes sigue con la celeste.

Pero hay más. Las descollantes actuaciones de Mariano Monllor a lo largo del torneo no pasaron desapercibidas para Ruggero, que en varias oportunidades vino a espiar a La Topadora y sus rivales de turno.

Acaba de concluir la primera etapa del torneo y comenzó nuevamente la remanida historia. A Monllor comenzaron a “comerle la cabeza” por parte de Talleres para que enfile rumbo al sur. ¿Acaso será que Talleres no tiene el arco bien defendido por alguien que el propio técnico acercó?.

También hubo llamados de Laferrere hacia Monllor, pero ya se aclaró el origen y las circunstancias que los motivaron.

Estas actitudes son repudiadas unánimemente en el ambiente futbolístico.

No es la primera vez que Talleres obra de esta manera. Villa Dálmine también sufrió el acecho tallarín hacia el Dudy Pérez.

Por eso es bueno desenmascarar estos hechos, para que los clubes de la divisional tomen debida nota, ya que si bien a nivel dirigencial no suelen suceder, sí es frecuente que acontezcan cuando aparecen ciertos personajes para quienes los códigos brillan por su ausencia.

Víctor Marinelli