La Copa Argentina está en sus primeros tramos. Pero ya comiezan a advertirse algunos puntos que, pensamos, pueden mejorarse.
Tal vez el mayor atractivo, por ahora, radica en los enfrentamientos entre un equipo de las categorías menores de AFA, (o del torneo argentino) con uno de Primera División. Los clubes que mejor desempeño están teniendo, es decir los del ascenso (B, C y D), haciendo esfuerzos supremos, con jugadores que por su trabajo personal no pueden recorrer miles de kilómetros para jugar un partido, al igual que sus hinchas, merecen un mejor tratamiento.
Encima, la difusión del torneo merma al no ser por ahora televisados los partidos. Tal vez cuando arranquen Boca y River comiencen a hacerlo, consolidando una vez más la hegemonía de los dos más grandes.
Un tema preocupante es que se dificultó enormemente la llegada y la vuelta de muchos planteles a distancias tan alejadas como Salta o Catamarca, provincia donde se complica aún más el panorama al no haber vuelos todos los días para regresar.
Asimismo, hubo cuestionamientos hacia varios árbitros del interior por carecer del nivel técnico adecuado para este tipo de partidos. Por ejemplo Ramón Guaymas perjudicó abiertamente a Colegiales frente a Independiente.
Comprendemos la necesidad de difusión en provincias, como Catamarca, que nunca tuvieron la chance de llegar a competir en el fútbol profesional. Pero el esquema de disputa de los partidos, ¿es el adecuado? ¿El público del interior ha respondido de acuerdo a las expectativas cuando no juega algún club zonal?
La Copa Argentina se hizo a imagen y semejanza de la Copa del Rey española. Pero la copia no fue del todo buena. En España, por ejemplo, las primeras etapas se juegan a un partido en cancha de los equipos que militan en la categoría inferior. ¿No sería adecuado en el futuro, cuando las canchas del ascenso estén adecuadas para recibir visitantes, que Excursionistas juegue en su estadio ante Huracán, Villa Dálmine reciba a San Lorenzo ó El Porvenir a Racing Club?. O que en definitiva se utilicen estadios cercanos a la zona de influencia del local. Realmente allí cobrará más atractivo el torneo, porque esos partidos históricos, que a veces ni se dan una vez en cien años, podrán ser presenciados en estadios colmados de hinchas, no perjudicaría el normal desarrollo de los torneos locales y nadie tendría que trasladarse ridículamente miles de kilómetros, con los inconvenientes y costos que ello trae aparejado.
Entendemos que como primer ensayo, con la premura que se delineó, no había muchas alternativas. Pero a futuro, hay temas puntuales que pueden mejorar el nivel e interés del certamen.
Víctor Marinelli
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