Conocida ya la salida de Carlos Amodeo, la dupla Iván Scaffidi-Rolando Morrone, entrenadores de las divisiones inferiores, tomaron las riendas para conducir a Liniers en la continuidad de la undécima fecha.
Sabido es que el fútbol profesional no suele tener piedad. Tampoco términos medios. Hoy tiene en el altar a aquel que mañana es desprestigiado. Y a comenzar una vez más. Los entrenadores, en esta historia, son apenas fusibles. Y a la hora de saltar, los que saltan son ellos: los fusibles. Nunca los que manejan los tableros. A pesar de que éstos suelen publicitar las bondades de los fusibles. Mientras hay luz. En fin, el fútbol y sus urgencias. Sus necesidades siempre inmediatas. Pero lo concreto es que el show sigue y hoy se jugó un partido más.
La persistente lluvia caída durante toda la tarde impidió el normal desarrollo del cotejo que animaron el “Celeste” y el “Lujanero”. No obstante esa anormalidad, ambos conjuntos, en algunos instantes del encuentro, evidenciaron una buena predisposición en el trato del balón. Especialmente en la primera parte. De los dos, el que más tiempo lo manejó fue Liniers. A veces con criterio. Otras no. Pero forzó al adversario, apurándolo, cercándolo. Es decir, con la actitud de siempre pero con escasa claridad. En tanto, Luján asumió una cautelosa postura táctica. Esa que suelen tomar los equipos que actúan de visitante. Sí, claro, la de esperar replegados reforzando la línea de volantes y abriendo la posibilidad ofensiva en algún contraataque afortunado. Pero como esto último no prosperó, al menos le sirvió para mantener el cero en su arco. Claro, hasta el minuto treinta y tres cuando Alejandro Cuevas aventajó a “La Topadora” tras un centro bien colocado por Maximiliano Portillo. La diferencia de un gol que había sacado el “Celeste” era justa hasta ese momento. Hasta contó con alguna aproximación más para estirar el tanteador. Pero a sólo cuatro minutos de la finalización de la primera mitad, la visita logró la igualdad mediante una acción de pelota detenida: un tiro de esquina que ejecutó Agustín De la Cuesta fue capitalizado por el centrodelantero Jorge Ubiría que, tras un rebote, decretó el uno a uno.
La etapa complementaria se disputó con más ganas que ideas. Técnicamente el partido no alcanzó gran nivel, pero sí bastante emotividad. Ya que, tanto Liniers como Luján contaron con algunas oportunidades para desnivelar. Pero en sí, el segundo tiempo fue bastante chato. Liniers siguió dejando dudas en cuanto a su funcionamiento de conjunto. El campo de juego, al estar mucho más pesado que en el primer tiempo, influyó también para que los jugadores mermaran el rendimiento. Aunque continuaron probando con remates al arco, en líneas generales el juego se tornó confuso y deslucido, con abundancia de choques, forcejeos y exceso de infracciones. Entonces ya nadie arriesgó. Al menos nadie arriesgó demasiado. El empate estaba firmado. Alguno dirá que es un buen resultado. Quizás lo sea. Quizás...
Héctor Quatrida
3 comentarios:
Hasta cuando los "fusibles"? El tema es la mentalidad de quien maneja y de quienes empujamos! Gracias a Ruggero llegamos "UNA MENTIRA UNICA". Trajo jugadores, se fue y se los llevo. Nosotros quedamos creyendo en Los Reyes y en Papa Noel! Se fue la "ilusión" y con ella, la GUITA QUE SE AFANO EL PRESIDENTE!! Y que se yo.... para ser coherentes tendríamos que ser de Talleres R.E, no?
Por favor, VOLVER A EMPEZAR .... y banquemos la REALIDAD y no vivamos de SUEÑOS INFANTILES!!!!
Banquemos a C. Amodeo, él trabajo en forma excelente con las inferiores de Velez y de All Boys ... pero tengamos paciencia y no busquemos resultados "QUE NO SON NUESTROS"!!!!
ivan siome
seamos realistas y dejemos que trabajen los profes ivan desaparece fantasma
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