La 7º fecha del torneo seguramente va a ser recordada por determinadas particularidades. Se convirtieron sólo 9 goles en los 10 partidos disputados, 5 partidos terminaron 0 a 0, y al igual que en la fecha anterior (en que por contrapartida se batió el récord con 26 goles anotados) ganó un sólo local y hubo 7 empates.
Pero la ineficacia parece ser la tendencia general del campeonato. En los 69 partidos disputados hasta el momento (hay pendiente uno de la segunda fecha) apenas se convirtieron 117 goles, con un magro promedio de 1.70 por partido.
Otra característica del torneo es que ganan más los visitantes (24) que los locales (18), y casi el 40% de los partidos termina empatado.
Pero las peculiaridades se profundizan al analizar los resultados obtenidos hasta el momento. Casi el 80% de los partidos se definen por un gol de diferencia o terminan empatados. En tan sólo el 20% hubo diferencia de más de un gol, y apenas en la mitad de ellos hubo algún equipo que marcara 3 o más goles.
De los 20 equipos 14 no lograron en promedio convertir más de un gol por partido, y otro tanto ocurre con los goles en contra: 14 equipos no recibieron en promedio más de un gol cada 90 minutos.
Hay únicamente 4 canchas invictas, pero 7 equipos no perdieron en calidad de visitante. Y en esa idea 3 no ganaron de visitante y 9 no pudieron hacerlo en su propio estadio.
En definitiva el panorama habiéndose disputado algo menos del 20% del campeonato muestra una mediocridad que parece ser moneda corriente.
¿Podrá Liniers, sumergido por ahora en esa tendencia, dar el salto de calidad que le permita tener aspiraciones para pelear por cosas importantes?
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