DEBUT Y DESPEDIDA

Liniers quedó eliminado de la “Copa Argentina” en un abrir y cerrar de ojos. Esa expectativa que se había generado de parte de los mismos protagonistas, y también de hinchas y directivos, quedó en el camino tras perder ante Argentino de Merlo por tres a uno en condición de visitante.

En el arranque fue el “Celeste” el que se metió en campo ajeno. La “Academia” pretendió apretar en el medio, más precisamente unos metros atrás de la mitad de cancha. El resultado fue un comienzo intenso, entretenido, pero no emotivo. Los arqueros no tuvieron que trabajar a destajo. Liniers presentó algunas variantes en su formación: Diego Acuña y Matías Sawicki cedieron sus respectivos lugares para que actúen desde el comienzo Nilo Vigna y Lucas Fernández, que hizo su debut con la camiseta de “La Topadora”. También el esquema se modificó: una línea de tres defensores, en el medio cuatro volantes – dos de contención y otros dos por las bandas- , un enganche y dos delanteros. Una táctica que podía funcionar si también funcionaba el pelotazo (inevitablemente vía Vigna) y si además respondían los de arriba (Palmerola y Ruiz). Pero la pelota no llegó fácilmente arriba y cuando llegó no llegó bien, casi siempre fue comprometida. Después los de Merlo norte fueron emparejando el medio y, casi sin proponérselo, sobre los 34 consiguieron abrir el marcador: Sebastián Ruiz agarró la pelota y tocó rápido para Guillermo Carrizo; éste cedió para Francisco Ladogana y el ex Cambaceres sacó un potente remate de derecha que se metió en el ángulo superior izquierdo del arco defendido por Mariano Monllor. A partir de esa acción y hasta la segunda conquista local (Pablo Verdún colocó el 2-0 a los 23 del complemento), Liniers no forzó situaciones riesgosas. Llevó el balón hasta las cercanías del área y allí la entregó mansamente. El ingreso de Adrián Maldonado sirvió para mejorar algo el funcionamiento de la línea de volantes. Buscando el esférico, reclamándolo. Pero no variaron demasiado las cosas. Es que los delanteros jugaron aislados entre sí (algo que ya viene sucediendo) y, para colmo, recibieron de espaldas al arco adversario. Así, es muy factible perder en el contacto cuerpo a cuerpo con los defensores ya que, con solo rozarlos, les hacen perder el control del balón. También es lógico esperar, o desear, que los mediocampistas se sumen a los delanteros. Que sorprendan a los defensores rivales. Y no sucede. No obstante, con Maldonado en cancha se pudo aprovechar su formidable pegada en algunas jugadas de pelota detenida: a los 24 cuando Gerardo Maidana hizo estremecer al arquero Rodrigo Ponce tras un recio cabezazo, y también en el gol de Marcos Cabrera mediante un certero golpe de cabeza que posibilitó el descuento en el tanteador. En el tiempo adicionado al reglamentario el “Celeste” fue por la hazaña en un tiro libre. Hasta Mariano Monllor se hizo presente en el área adversaria. Pero la “Academia” defendió con éxito esa acción y concluyó su aceptable actuación con la solitaria corrida de Guillermo Carrizo que determinó el 3 a 1 final y la clasificación.

Fue así nomás. Debut y despedida. Ahora, con el resultado a la vista, suele ser más sencillo exagerar la derrota. Cada uno sabrá como y por qué hacerlo. En fin, es imprescindible poner la pelota contra el piso, enfriar los ánimos y repasar la historia, la reciente, la más cercana. Pero sin recurrir al viejo recurso de hacer leña con el árbol caído, que al fin es lo más fácil, lo más cómodo, lo que mejor se entiende. Porque lo que no se dijo antes, o al menos no se insinuó, no se puede decir después, ante el hecho consumado.

Héctor Quatrida