SE TERMINO EL SUEÑO DEL ASCENSO

Liniers perdió frente a Laferrere y concluyó así su actuación en lo que fue una temporada histórica. Sin ir más lejos, hoy en cancha estuvieron 10 de los 11 jugadores que ascendieron en Rosario hace casi un año, y el que faltaba estaba en el banco (Walczuk). Además, por rara coincidencia del destino estuvo dirigiendo el mismo árbitro, Diego Colombo, aunque esta vez su desempeño dejó mucho que desear. Pero esta vez no hubo festejo.

El planteo de Zamacola fue muy cauteloso. Demasiado diríamos. Había una idea interesante, tratando de disputarle la posesión de la pelota al local, e intentando llegar a través de Brunetti o Palmerola, que extrañamente estaba recostado sobre izquierda, quedando con el perfil cambiado para salir por afuera. El tema fue que ambos quedaron muy aislados, retrasado Fuentes no tuvo ningún peso en el medio, ni sus pelotazos llegaron a buen destino, Gnocchi todavía no está en el nivel conocido luego de su lesión, y el único que provocó desequilibrio fue Stansiola por izquierda. A ellos se sumaron Oscar Romero, lejos fue el alma del equipo, y Daniel Casais, otro que aún no recuperado físicamente, dejó todo. Defensivamente el equipo no tuvo demasiados inconvenientes, pero falló en una (y otra vez de cabeza) y fue el tanto de Laferrere.

Luego de un par de acercamientos, La Topadora pareció tener controlada la situación promediando el primer tiempo, generando espacios por izquierda y jugando con la desesperación del rival, presionado por un público que comenzaba a ponerse impaciente. Pero sobre el final de la etapa llegó un tiro libre de la Vieja Moreno y el impecable cabezazo de Fernando Castro para convertir, al tiempo que Ledesma recibía un golpe descalificador, que le produjo un corte en su rostro, sin que el árbitro ni el linea increíblemente lo advirtiera. En definitiva la jugada del gol debió ser invalidada.

En el complemento, cuando se esperaba al celeste de cara al arco rival, el equipo no tuvo profundidad, y no pudo quebrar a un Lafe que se dedicó a través de distintos recursos a enfriar el partido y demorar en cuanta ocasión se le presentara. Con oficio fue sobrellevando los minutos, sin que Liniers, ni a través de los cambios, consiguiera generar riesgo cierto. Apenas un par de acercamientos a través de una sucesión de tiros de esquina, o alguna intervención sin demasiadas complicaciones de Arzamendia, más preocupado en dejar correr los minutos a través supuestas infracciones. Diego Colombo no tuvo una tarde feliz. En primer lugar debió invalidar el gol y no penó con la misma vara las infracciones cometidas por los jugadores de Laferrere. En el centro del campo las cobró todas, las cercanas al arco villero las obvió. Luis Stansiola fue derribado en el borde del área a los 6 minutos y otro tanto ocurrió con Ledesma a los 35. Ambas acciones descalificadoras fueron olímpicamente ignoradas. Completó su pobre trabajo adicionando ridículos 5 minutos.

Para remarcar el sacrificio de Oscar Romero, como el símbolo de un equipo muy digno y noble, que cumplió una campaña admirable, pero que podría haber llegado más lejos aún. Sin embargo, con planteos como el de Zamacola, el equipo perdió su esencia.

Un equipo que hasta se bancó que 6 barras bravas de Laferrere vinieran al vestuario a apretarlos antes de comenzar el partido.

En el balance del año quedará mucha tela para cortar, pero habrá que comenzar el análisis en no haber encontrado el reemplazante adecuado de Osvaldo Ruggero, que fue el "padre de la criatura" y el único que consiguió hacer funcionar el equipo y embarcarnos en el hermoso sueño del ascenso que acaba de terminar.

Víctor Marinelli