UN FINAL ANUNCIADO

Liniers perdió 3 a 0 frente a Cambaceres, en la derrota más abultada sufrida en el torneo. El resultado no refleja otra cosa que la caída vertical de un equipo que alguna vez fue el mejor de la categoría y que ahora parece haber perdido el rumbo.

Queda a las claras que el hacedor de todo un sueño que pintaba para hazaña fue Osvaldo Ruggero. Desde aquellos solitarios partidos de Primera D, donde la escenografía de las canchas no ayudaba, las carencias superaban a los recursos, que parecen tan lejanos en el tiempo, aunque todavía no haya pasado ni un año. Desde allí, desde muy abajo, fue formando "un equipo" que a la larga consiguió el histórico ascenso.

Y el desafío no se detuvo en la C, casi con el mismo plantel y la misma impronta, Ruggero llevó a La Topadora a ser el mejor. Con un rigor táctico y estratégico inigualable. Liniers fue el que jugó mejor al fútbol y la tabla lo demostraba.

Pero casi como una paradoja del destino llegaron las desaveniencias con gran parte de la Comisión Directiva. Un cóctel que fue explosivo: El Presidente Loprete anuncia su retiro anticipado; exigencias del cuerpo técnico para mejorar el nivel, profesionalizando más al equipo;recursos escasos para cumplir en la totalidad lo pedido; propuestas de otros clubes para llevarse al técnico; actitudes de éste totalmente incomprensibles, atacando a las autoridades del club. El resultado fue la confrontación y la decisión de Ruggero de no seguir.

Rápidamente (y casi sin pensar) se buscó reemplazante. Ariel Melián, un hombre que había hecho brillante trabajo en Chicago, llegando a primera y siendo subcampeón de Italiano, pero que luego imprevistamente bajó a El Porvenir a coordinar las inferiores.

Liniers jugaba de memoria, en los primeros partidos, casi diríamos hasta el encuentro con Talleres, que ponía fin a la primera etapa del torneo, la diferencia no se notó. Hasta las jugadas preparadas eran las de Ruggero. La Topadora acaparaba todo tipo de elogios. Era el mejor.

Sin embargo aparecieron propuestas desleales de otros clubes para llevarse figuras del plantel. Pero en la reanudación y luego de los primeros triunfos aparecieron los primeros conflictos. Peleas entre jugadores, un técnico que no tiene muñeca para manejar la situación y reencauzar el rumbo. En la cancha Liniers fue perdiendo esa confianza que tenía en cada partido. Jugadores que bajaron abruptamente su nivel. En Luján fue el primer llamado de atención. Luego hubo una situación que debió marcar el punto final del ciclo: Melián luego del partido frente a Argentino de Merlo renuncia ante su cuerpo técnico, luego se retracta y sigue en función del apoyo que le dan los jugadores. Pero el final estaba anunciado. Posteriormente pierde en Zárate y ya su ciclo estaba concluído. Desde aquí anunciamos que estaba "en la cuerda floja", hecho que molestó mucho al técnico que salió a desmentirlo por los medios y pidió una nueva oportunidad. Pero la realidad era ésa. No tuvo argumentos para reencauzar el barco a la deriva. Al margen que hubo destellos del equipo que le permitieron ganarle a Laferrere. Pero la historia estaba escrita: No supo cerrar el partido ante El Porvenir y ya con la soga al cuello (en la semana el Presidente le había dado el ultimatum) volvió a fallar frente a Cambaceres. Le costó jugarse por los pibes, que ya tienen sobrada experiencia y ganaron un ascenso (Walczuk, Virano y Portillo por ejemplo) y no fue coherente con los planteos tácticos. Se le fue de las manos todo. Demostró grandes condiciones humanas, pero le faltó manejo del grupo en situaciones adversas.

En estos días se decide el reemplazante. Fernando Zamacola aparece como el más potable. Tiene pasado en el club. Bueno en la primera etapa, no tanto en la segunda, cuando puso a un ayudante suyo en el banco de suplentes.

Todavía se está a tiempo. No tanto de ganar el campeonato, lógicamente, pero sí de dar pelea en el Reducido. Hay un plantel que ya demostró sus virtudes, pero que necesita quien lo oriente y tenga la personalidad adecuada para recuperar la mística ganadora, que tantas satisfacciones trajo, para volver a soñar con el ascenso. Esperemos que el próximo técnico pueda conseguirlo.

Víctor Marinelli