En los últimos años Justo José de Urquiza se ha convertido en la sombra negra de Liniers. De los últimos 7 partidos que jugaron, J.J. ganó 6 y empataron el restante. Además en ninguno de esos partidos jugados La Topadora pudo marcar tan siquiera un gol.
Esta vez no fue la excepción. Liniers sintió sintió notoriamente la ausencia de varios jugadores, y no pudo repetir actuaciones anteriores, jugando en inferioridad numérica y perdiendo 2 a 0, frente a un compacto Urquiza.
Para peor, se produjo la lesión de Román Gnocchi (posible rotura de ligamentos) y la expulsión, totalmente arbitraria de Ariel Figueroa. Un arbitraje bochornoso de Sebastián Bresba.
Pero la jornada dejó la goleada de Lamadrid frente a Talleres por 3 a 1, que en definitiva sirviera como consuelo, al manter la punta en forma exclusiva.
Se achicaron las diferencias con los perseguidores y hay ocho equipos en posición expectante. Algunos se vienen potenciando y aprovechan este respiro que se tomó el puntero, que a pesar de perder los últimos 6 puntos, mantiene incólumne su posición.
En definitiva, con la vuelta de los jugadores suspendidos y lesionados, Liniers confía en recobrar su potencial. El rival que le toca el sábado es nada menos que Central Córdoba. Una prueba de fuego para ver si el equipo está entero y puede asimilar estos últimos dos traspiés.
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