SE PUEDE SOÑAR

Sobraban los motivos para concurrir al estadio “Juan Antonio Arias” el sábado 31 de julio. Sin dudas, el retorno del “Celeste” a la “C” era lo más esperado. Quizá, el largo receso, por la participación del seleccionado argentino en el mundial de Sudáfrica, generaba en algunos hinchas, no sólo de Liniers, sino de clubes de otra categoría, cierto interés por presenciar un partido de fútbol en vivo. También, los simpatizantes de “La Topadora”, podían llegar a estar ansiosos para examinar a algunas de las nuevas incorporaciones. Pero, por el fervor que exhibieron desde temprano (llegaron a la cancha una hora antes del comienzo del encuentro), de algo estaban seguros: que Liniers saldría a la cancha a vulnerar a su rival y obtendría los tres puntos. Nosotros, más cautelosos, pensábamos que San Miguel tiraría la chapa de candidato y le daría al “Celeste” una férrea bienvenida a la categoría.

Nada de eso ocurrió. Luego de un comienzo bastante equilibrado, con el correr de los minutos el elenco de Villegas fue evidenciando un juego más lúcido y atildado que el de su adversario. Atesoró el balón y corroboró su estilo, su formidable idea de juego. Esa marcada diferencia estuvo a punto de traducirse en la red cuando restaban tres minutos para la finalización del primer tiempo: un recio remate de Hugo Palmerola se desvió en Santiago Correa y la pelota dio en el palo. Luego del rebote, se produjo una segunda jugada que finalizó con una tapada de Ezequiel Bustos tras un cabezazo de Román Gnocchi. La primera etapa se fue sin goles, pero con la tranquilidad de que se hicieron bien las cosas. Liniers lo tuvo ahí. Contra las cuerdas. Sojuzgó a su oponente con una arrolladora personalidad.
Al comienzo del complemento, Liniers continuó con su propuesta ya conocida. Y rápidamente puso en aprietos a la visita. A los 3 minutos, Leonardo Kulich derribó a Luis Stansiola dentro del área y el árbitro Mauro Biasutto, de buena labor, sancionó la pena máxima. Un minuto más tarde, Liniers rubricó su amplio control del juego con el infaltable gol de Hugo Palmerola desde los doce pasos. Ésta vez, con un poco de angustia. Ya que, el “Gato” Bustos, en primera instancia, detuvo el tiro del goleador de Liniers que luego empujó en el rebote. Si ya el “Celeste” había manifestado una clara superioridad con el cotejo igualado, a partir de esta conquista se notó mucho más el predominio. Para San Miguel fue un suplicio. Careció de argumentos futbolísticos para intentar cambiar el rumbo del encuentro. Encima, ante un Liniers agrandado que puede enloquecer con ese toque que toma siempre a contrapierna, que deja siempre en posición desairada y que va mellando el resto anímico del equipo en derrota. Las únicas situaciones claras de gol pertenecieron al conjunto dirigido por Osvaldo Ruggero. Que pudo ampliar el marcador, de no ser por el arquero Bustos que tuvo una magnífica actuación.
Liniers concluyó ganando un partido que, a priori, parecía mucho más complicado. Para los hinchas, y también para algunos jugadores, un partido de especial trascendencia. Porque el “Trueno Verde” le había pospuesto el ascenso al “Celeste” hace seis temporadas.
El presente muestra a un Liniers que está feliz. Su gente así lo manifiesta. Es placentero comenzar una temporada con un triunfo. Se logró y con creces. De todas maneras, y como suele recalcar nuestro entrenador, el fútbol no es como empieza, sino como termina. Somos conscientes de ello. No obstante, nos permitimos soñar. No está mal. Al fin, para chocar de narices contra una realidad adversa siempre hay tiempo

Héctor Quatrida