Con el alma. Así logró Liniers un nuevo ascenso a la división “C”. Poco importó la pérdida de un largo invicto conseguido en los últimos meses con enorme sacrificio. Esta final disputada en Rosario, significó el cierre de una excelente campaña, que tuvo como justo premio el retorno del “Celeste” a la “C” luego de seis años.
Con el alma soportó los trances amargos, se superó a si mismo ante cada contraste y conservó íntegro su caudal de aptitudes.
Con el alma triunfan los hombres. Porque esta conquista no hubiese llegado nunca si en la racha adversa sus hombres hubieran renunciado a la lucha. Supieron esperar. Lucharon siempre con empeño, aún en las horas bravas. Fue entonces cuando se hizo necesario no perder el espíritu de lucha, ni la fe, ni la esperanza.
Entendemos que en estos momentos de consagración, ocupa un lugar secundario un comentario exclusivamente dedicado al partido. En síntesis, debemos señalar que el encuentro se disputó con los condimentos de una verdadera final: con mucha fricción, con dientes apretados. Además, hubo un factor que conspiró contra el mayor lucimiento de la jornada: la lluvia. Sobre un campo de juego en mejores condiciones habríamos asistido a un gran partido. De todas maneras, fue bastante bueno en general, no obstante esa anormalidad. Claro que existieron infracciones. Casuales y también intencionales.
Por una de estas últimas, Murúa, del elenco rosarino, vio la roja a falta de un minuto para la finalización de la etapa inicial. La Topadora se aprestó a ejercer el control de las acciones en la primera parte del complemento. Pudiendo abrir el marcador a través de sendos remate de Brunetti y Stansiola, que el arquero Andrada rechazó en gran reacción. Curiosamente, en el mejor momento de Liniers llegó el gol del “Salaíto”. Ocurrió a los 24 minutos cuando Kapustenski por el sector derecho del ataque envió la pelota al área para la arremetida de Juárez que definió. Como era de esperar, el conjunto local se volcó en ofensiva en busca del gol que le permitiera mantener la categoría. Pero los jugadores locales estuvieron imprecisos en los pases y llegaron aisladamente y con relativo riesgo al arco defendido por Marcos Fernández. Sobre los 37, Román Gnocchi pudo haber igualado el cotejo, pero otra vez Luciano Andrada se lució al tapar el remate. Sobre el final, un débil cabezazo de Roberto González hizo suspirar al centenar de simpatizantes “Celestes” que estaban justo detrás de ese arco. A algunos, quizás, les vino a la mente algún recuerdo ingrato de épocas pasadas. Felizmente, esa reminiscencia quedó en el olvido. Liniers volvió a ser Liniers. El Liniers de antes que alguna vez nos contaron. Pero la historia es la misma. Una historia hecha como todas, de triunfos y de derrotas, pero con una convicción que ahora explota con fuerza. Se cerró una temporada. A lo largo de ella fuimos conscientes de que las presiones, que a veces deforman la realidad, no siempre colaboran. De todos modos en fútbol, y en cualquier otra actividad, frecuentemente gana el que mejor hace las cosas. Porque las excepciones, que las hay, aunque no son tantas, no hacen regla.
Vamos Liniers. Salud campeón!!
Héctor Quatrida
2 comentarios:
Felicitaciones Liniers por el ascenso a Primera "C". Aguante la Topadora del Oeste!!!
Carlos (San Telmo)
Gaston Movia.
No puedo parar de llorar... detras
de es arco, junto a esas cien perdonas, bajo esa lluvia, no pare de pedirle a mi madre, que desde el cielo, nos de una mano. Esos 20 minutos finales...
No lloraba desde su muerte y hoy, despues de algo mas de dos años, lo volvi a hacer, pero de felicidad.
Gracias TOPADORA!!!
Gracias MAMA!!!!!!!!!!!
Publicar un comentario