Disputada en su totalidad la trigésima fecha, Liniers se ubicó en una posición de privilegio al derrotar por uno a cero a Argentino de Quilmes en condición de visitante. Al equipo de Villegas, esta victoria no sólo le permitió superar en la tabla a su vencido rival del domingo, sino que además logró alcanzar a Cañuelas y agigantar aún más las chances de ingresar al octogonal.
Una vez más, el conjunto dirigido por Osvaldo Ruggero contó con un óptimo rendimiento colectivo. En el primer tiempo, “La Topadora” mostró una elogiable intención de buen fútbol. Se colocó en ventaja a los 20 minutos a través de Hugo Palmerola, mediante una ejecución desde el punto penal por una falta que Guillermo Rodríguez (a los 34 minutos vio la roja por una agresión a Fuentes) le cometió a Román Gnocchi. Pero, al margen de la inferioridad numérica con la que el “Mate” jugó en gran parte del encuentro, el “Celeste” de Villegas fue superior, jugando los dos equipos con once jugadores. Es más, dio la sensación de que el partido le quedó más cómodo cuando el conjunto quilmeño tenía a los once futbolistas en cancha. Porque, luego de la segunda y última expulsión del equipo local (Lucas Buono por agredir a Banegas a los 2 minutos del complemento), a Liniers le costó demasiado encontrar los espacios para vulnerar a su adversario. Por momentos, terminó chocando o tirando centros intrascendentes. Y además, al promediar la etapa final, pasó momentos de zozobra cuando Cristian Tello y el ingresado Sebastián Quiroga tuvieron dos situaciones para igualar el cotejo. No obstante, con los ingresos de Vigna y Virano, el “Celeste” mejoró. Hizo circular el balón casi de memoria y, entre Brunetti, Gnocchi y Palmerola convirtieron en figura al arquero Nelson Schomberger. El guardametas local, con sus brillantes intervenciones, evitó una goleada. En resumen, si visitar la barranca quilmeña se presentaba como una intrincada excursión, con esta campaña en ascenso, Liniers se encargó de ratificar su buen momento. Hoy, más que nunca, hay razones para seguir creyendo en metas más lejanas.
Una vez más, el conjunto dirigido por Osvaldo Ruggero contó con un óptimo rendimiento colectivo. En el primer tiempo, “La Topadora” mostró una elogiable intención de buen fútbol. Se colocó en ventaja a los 20 minutos a través de Hugo Palmerola, mediante una ejecución desde el punto penal por una falta que Guillermo Rodríguez (a los 34 minutos vio la roja por una agresión a Fuentes) le cometió a Román Gnocchi. Pero, al margen de la inferioridad numérica con la que el “Mate” jugó en gran parte del encuentro, el “Celeste” de Villegas fue superior, jugando los dos equipos con once jugadores. Es más, dio la sensación de que el partido le quedó más cómodo cuando el conjunto quilmeño tenía a los once futbolistas en cancha. Porque, luego de la segunda y última expulsión del equipo local (Lucas Buono por agredir a Banegas a los 2 minutos del complemento), a Liniers le costó demasiado encontrar los espacios para vulnerar a su adversario. Por momentos, terminó chocando o tirando centros intrascendentes. Y además, al promediar la etapa final, pasó momentos de zozobra cuando Cristian Tello y el ingresado Sebastián Quiroga tuvieron dos situaciones para igualar el cotejo. No obstante, con los ingresos de Vigna y Virano, el “Celeste” mejoró. Hizo circular el balón casi de memoria y, entre Brunetti, Gnocchi y Palmerola convirtieron en figura al arquero Nelson Schomberger. El guardametas local, con sus brillantes intervenciones, evitó una goleada. En resumen, si visitar la barranca quilmeña se presentaba como una intrincada excursión, con esta campaña en ascenso, Liniers se encargó de ratificar su buen momento. Hoy, más que nunca, hay razones para seguir creyendo en metas más lejanas.
Héctor Quatrida
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