El campo de juego desparejo atentó contra el buen juego. Fue un partido muy luchado. Liniers no asumió el protagonismo que se esperaba, muy por el contrario fue Paraguayo -a despecho de su pobre posición en la tabla- el que tomó la iniciativa y tuvo en Pugliese a su hombre más influyente en ofensiva, junto a Diego Méndez, siempre complicado para contener. Generó un par de situaciones, que salieron cerca de los palos. Liniers no pudo hacerse dueño del medio, y dependió de las corridas de Hugo Palmerola o las apiladas de Luis Stansiola por izquierda. También en un par de acercamientos tuvo el gol en los pies de Casais, cuyo remate cruzado no puso se conectado por Stansiola en el segundo palo y en los de Palmerola, cuyo disparo fue bien contenido por el arquero.
Salió Liniers decidido en el complemento a cambiar el rumbo, pero a los 5 en una acción aislada Leopoldo Lugones desde el sector izquierdo remató cruzado rebotando el balón en un poste de un superado Tichelio. Esa jugada pudo cambiar la historia. Con el ingreso de Ismael Rodríguez, pasando Silvio Fuentes al centro del campo, Liniers ganó en salida por izquierda y mayor predominio en el medio juego. Es así que en un partido que parecía destinado al cero, en un par de aproximaciones Brunetti, muy movedizo, tuvo posibilidades de desnivelar. Físicamente Paraguayo pareció sentir el esfuerzo, su técnico hizo ingresar a Ortíz por Méndez. En un córner ejecutado por el ex Atlas la pelota cruzó todo el área chica sin que nadie alcance a empujarla; el rechazo largo lo capturó Palmerola por derecha, y desde aproximadamente 30 metros remató al arco superando al sorprendido Leandro García, que estaba adelantado. Un golazo para comenzar a escribir otra historia. A partir de allí Liniers justificó plenamente el triunfo, jugando a favor los escasos recursos de su rival. Virano ingresó para poblar el medio y el equipo se hizo más compacto. A los 41 tras gran jugada de Stansiola dentro del área, Palmerola se perdió increíblemente el gol, rematando desviado. Y sobre la hora llegó el golpe final, Brunetti escapó solo y ante la salida del arquero -con la frialdad de los goleadores- cedió corto a Virano que venía sobre su izquierda, y con el arco vacío el volante marcó el segundo y primero de su cosecha personal.
Un triunfo conseguido desde el órden, la solidez defensiva y la efectividad para resolver situaciones favorables. No fue el conocido equipo de galera y bastón, esta vez Liniers tuvo que ponerse el overol. Y la pilcha le calzó a medida.
Víctor Marinelli
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