Algo es algo. O por ahí es mucho. Quizás, la sensación de ganarle de local a Lugano, puede significar poca cosa y sin embargo es todo lo contrario.
Seguramente, si el resultado –merecido en el balance de los noventa minutos- hubiese sido otro: un empate, por ejemplo, habrían crecido las críticas que ya abundaban antes de que Luis Stansiola, acertara el derechazo y Vigna –de excelente labor en su debut- sellara la victoria con dos vistosas definiciones.
Porque más allá de la generosidad del equipo para buscar permanentemente el partido, algunas desatenciones provocaron zozobra en el fondo. Y, si bien no fueron muchas, todavía quedaba flotando en el ambiente el fantasma de Yupanqui, que hace siete días, con su oportunismo se llevó –inmerecidamente- tres puntos de Villegas.
Pero decíamos que el “Celeste” obtuvo un valioso triunfo y fue con total justicia. Y aunque se fueron al descanso sin goles, por momentos Liniers mostró seguridad para jugar a un toque en velocidad. Las buenas combinaciones entre Brunetti y Palmerola fueron muestras elocuentes de ello. Vigna también se sumó a esta sociedad y hasta se animó a probar de media distancia. Pero, hasta ese momento, como sucedió en otras oportunidades, faltó justeza en los metros finales. Esto generó ansiedad en los dirigidos por Ruggero, que con el correr de los minutos comenzaron a intranquilizarse. Ante un rival que no le permitió que se tomara un respiro para pensar. Es más, aún en el complemento, lo siguió apretando desde la mitad hacia atrás, quitándole espacio para maniobrar. Y le peleó el partido con una admirable voluntad. Pero la resistencia del “Naranja” se quebró a quince minutos de la finalización del encuentro. Cuando Luis Stansiola, a la salida de un tiro libre, recogió un rebote en el área y la colocó de derecha al palo más lejano del arquero. La algarabía invadió al público “Celeste”. Y continuó. Todavía no habían terminado de festejar la primera conquista, que enseguida ya estaban celebrando la segunda, a cargo de Nilo Vigna con un derechazo cruzado. Entonces sí se desató la fiesta en Villegas. El triunfo era un hecho. A pesar del descuento de Carlos Torres, Lugano no inquietó más hasta el final. Incluso, recibió otro gol en el tiempo adicionado. Nuevamente, Nilo Vigna fue el autor. Esta vez, de zurda. Y con una brillante definición. Había que ganar. Otro resultado negativo habría impulsado el desasosiego y encendido la llama de la impaciencia. Hacía falta ganar para recuperar el aliento, para calmar la ansiedad y para impulsar la confianza.
Algo es algo. O mejor, algo es mucho. Por lo menos ésta vez. Había que ganar. Se ganó.
Algo es algo. O mejor, algo es mucho. Por lo menos ésta vez. Había que ganar. Se ganó.
Héctor Quatrida
3 comentarios:
El señor Rogero demuestra ser muy inteligente como para no aprovechar lo mejor de cada jugador, en la primera etapa, creo incertidumbre en planteles que no entendian que un 3 y 4 les complicaran las estrategias defensivas y se lograra a traves de Ellos las situaciones mas peligrosas y hasta goles que no tenian previsto, Hoy paso esa etapa y nace otra, tenemos un liniers que nos va a dar una sorpresa a todos. Aguante liniers.
Felicitaciones a los "VILLEGAS" del tablon, no dejaron de alentar nunca.
Realmente tenemos que respetar y considerar la actitud de estos muchachos que alientan siempre.
Tengamos los socios y simpatizantes y jugadores la delicadesa de saludarlos, porque se lo merecen, mas que nadie. Vamos muchachos.
Hare lo posible para que les den un par de trompetas para cerrar el fabuloso ritmo de una hinchada que alienta de verdad. Gracias. muchas gracias.
coincido con el comentario anterior,"los pibes de villegas" no vienen a sacar nada del club, sinceramente vienen porque son hinchas del club, no como "la banda de la palito" que ni sabia que se llamaba el club liniers.
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