La sensación luego de concluído el partido fue la de derrota. Liniers no pudo resolver el planteo de un muy limitado y humilde Muñíz, y debió conformarse con un pálido empate.
Un campo de juego donde la tierra, las matas y el viento fueron protagonistas exclusivos. En el sector visitante se vio animales pastando, alguno de los cuales vertiginosamente corría de un sector a otro, lo que dio un toque pintoresco a unas instalaciones semiabandonadas que presentó Acassuso y utiliza Muñíz. Así la categoría no se jerarquiza.
Liniers no se adaptó a ninguna de las complejidades que se le presentaron en la tarde: el campo y el viento como manifestábamos, la ausencia de Fuentes y Cermesoni, el quedar en inferioridad numérica, enfrentar a un adversario abroquelado en su campo con el único objetivo de llevarse un punto.
Muñíz sólo tuvo dos opciones de gol en toda la tarde. En la primera abrió el marcador Gerardo Hernández, ayudado por el fuerte viento que descolocó a Marcos Fernández. En la segunda se lo perdió Bordón de cabeza. El resto lo hizo todo Liniers, pero sin el convencimiento firme de un equipo protagonista. Fue superior, sin dudas. Generó más situaciones, aunque no muchas. Sobre el final del período igualó Angel López, aprovechando un rebote dentro del área.
En el complemento, con el viento a favor, tuvo Palmerola la chance de desnivelar en el inicio. Pero poco después fue expulsado Luis Stansiola, por una inocente infracción en el medio del campo estando amonestado. El local, ya con sus cambios en el entretiempo manifestó de antemano sus intenciones de conformarse con el empate. Armó 2 lineas de 4 y jugó al pelotazo para sus dos puntas. Su único tiro al arco fue sobre el final del partido y lo contuvo sin problemas Marcos Fernández. En el medio, Liniers fue falta de ideas y toda impotencia para quebrar a un muy modesto y entusiasta adversario, que se las ingenió para demorar, poner pierna fuerte (Canteros fue expulsado sobre el final) y demorar con el fin de arañar un punto. Daniel Casais (la figura de Liniers) con algún tiro libre generó riesgo, pero poco más. No hubo órden y sólo quedaron los esfuerzos individuales.
Un partido chato, en un terreno imposible, a la manera de Muñíz, que terminó festejando como si hubiese ganado. Liniers no pudo superar los obstáculos planteados y el punto fue más un castigo que una recompensa.
1 comentario:
Como perdemos puntos, estos lo vamos a llorar al final del campeonato, no puedo entender como dominando todo el partido no podemos hacer goles, todos los sabados lo mismo, regalamos uno y despues no podemos hacer mas de uno. muy bien el planteo del equipo. muy bien la linea de tres que formo en el segundo tiempo, pero muchachos sino pateamos al arco "NO VAMOS A HACER GOLES" Por favor que pase a dos metros del arco, pero pegenle carajo.
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