Duele reconocerlo. Tercer empate consecutivo y otra chance desperdiciada para encaramarse entre los primeros. Esta vez, fue sin goles y ante Juventud Unida en Villegas.
Si bien es cierto que la propuesta de Liniers sigue siendo ofensiva, porque siempre se convierte en protagonista principal del espectáculo, sea local o visitante, y siempre intenta salir a ganar tal cual es su costumbre, a todos nos preocupa la falta de gol. Y no por este último 0 a 0. Tampoco hay que ser tan drásticos. Porque, en definitiva, salvo en la 1ra y en la 3ra fecha, el equipo de Osvaldo Ruggero anotó en el resto de los partidos. La inquietud pasa por otra cuestión. Es que en estas quince fechas, Liniers generó cuantiosas situaciones de gol y, en proporción, muy pocas fueron finalizadas en la red.
Al comienzo del cotejo se pudo observar una llamativa singularidad: la visita salió a jugar de igual a igual como hace mucho tiempo no se veía en el estadio Juan Antonio Arias. El conjunto que dirige Adrián Álvarez intentó realizar un juego asociado con Piqué como eje del equipo, tratando de juntarse con Vitali, los jugadores de buen pie en el Lobo Rojo. Esto se dio, fundamentalmente, en el primer cuarto de hora. De hecho, a los 13, una buena combinación entre estos dos futbolistas, finalizó con un remate de Piqué rechazado brillantemente por Marcos Fernández. Pero, con el correr de los minutos, el asedio de la Topadora suscitó el retroceso de la visita, que tuvo dificultades para neutralizar las proyecciones de Casais y también los continuos desbordes de Bareiro, que estuvo a punto de abrir el marcador a los 18, con un disparo que fue tapado por Pablo Báez. Por ello, no extrañó que el elenco visitante comenzara a incurrir a las infracciones ante el hostigamiento de Liniers. Entonces, el Celeste continuó originando llegadas. Ahora, con jugadas de pelota detenida. A los 35, Fuentes ejecutó un tiro libre. Rozó en la barrera y se fue al corner. Tres minutos más tarde, Casais se encargó de llevar a cabo una acción idéntica, y esta vez el balón pegó en el travesaño, tras un manotazo previo del arquero Báez. El avance de Liniers era constante y, aunque Marcos Fernández nuevamente tuvo una intervención ante Álvarez, el primer tiempo se fue con una jugada bárbara de Bareiro que lamentablemente falló en la definición elevando su remate. En el arranque del complemento, Juventud Unida contó con una chance inmejorable, pero Coronel la desaprovechó, tras un zurdazo que se fue desviado. De ahí en más, Liniers fue superando físicamente a su adversario y siguió llegando con peligro al arco defendido por Báez. Pero, a la hora de la definición, hubo un común denominador: la carencia de resolución en jugadas producidas dentro del área. Palmerola, Bareiro y Casais elevaron sus remates a los 10, 24 y 30 minutos respectivamente. Cermesoni, antes de ser reemplazado, también tuvo una situación que Báez envió al tiro de esquina. Un remate de Mariano Acosta pegó en un defensor y también se fue al corner. Y sobre el final, Silvio Fuentes ensayó potente disparo, pero Báez despejó el balón con sus puños. No hubo tiempo para más. La igualdad estaba sellada. Las declaraciones de todos los integrantes del plantel son iguales: “Ya va a entrar”. Pero la verdad es que a la hora de concretar siempre surge un problema que lo impide. ¿Los goles llegarán antes de fin de año? ¿O los guardamos para la segunda rueda?
Si bien es cierto que la propuesta de Liniers sigue siendo ofensiva, porque siempre se convierte en protagonista principal del espectáculo, sea local o visitante, y siempre intenta salir a ganar tal cual es su costumbre, a todos nos preocupa la falta de gol. Y no por este último 0 a 0. Tampoco hay que ser tan drásticos. Porque, en definitiva, salvo en la 1ra y en la 3ra fecha, el equipo de Osvaldo Ruggero anotó en el resto de los partidos. La inquietud pasa por otra cuestión. Es que en estas quince fechas, Liniers generó cuantiosas situaciones de gol y, en proporción, muy pocas fueron finalizadas en la red.
Al comienzo del cotejo se pudo observar una llamativa singularidad: la visita salió a jugar de igual a igual como hace mucho tiempo no se veía en el estadio Juan Antonio Arias. El conjunto que dirige Adrián Álvarez intentó realizar un juego asociado con Piqué como eje del equipo, tratando de juntarse con Vitali, los jugadores de buen pie en el Lobo Rojo. Esto se dio, fundamentalmente, en el primer cuarto de hora. De hecho, a los 13, una buena combinación entre estos dos futbolistas, finalizó con un remate de Piqué rechazado brillantemente por Marcos Fernández. Pero, con el correr de los minutos, el asedio de la Topadora suscitó el retroceso de la visita, que tuvo dificultades para neutralizar las proyecciones de Casais y también los continuos desbordes de Bareiro, que estuvo a punto de abrir el marcador a los 18, con un disparo que fue tapado por Pablo Báez. Por ello, no extrañó que el elenco visitante comenzara a incurrir a las infracciones ante el hostigamiento de Liniers. Entonces, el Celeste continuó originando llegadas. Ahora, con jugadas de pelota detenida. A los 35, Fuentes ejecutó un tiro libre. Rozó en la barrera y se fue al corner. Tres minutos más tarde, Casais se encargó de llevar a cabo una acción idéntica, y esta vez el balón pegó en el travesaño, tras un manotazo previo del arquero Báez. El avance de Liniers era constante y, aunque Marcos Fernández nuevamente tuvo una intervención ante Álvarez, el primer tiempo se fue con una jugada bárbara de Bareiro que lamentablemente falló en la definición elevando su remate. En el arranque del complemento, Juventud Unida contó con una chance inmejorable, pero Coronel la desaprovechó, tras un zurdazo que se fue desviado. De ahí en más, Liniers fue superando físicamente a su adversario y siguió llegando con peligro al arco defendido por Báez. Pero, a la hora de la definición, hubo un común denominador: la carencia de resolución en jugadas producidas dentro del área. Palmerola, Bareiro y Casais elevaron sus remates a los 10, 24 y 30 minutos respectivamente. Cermesoni, antes de ser reemplazado, también tuvo una situación que Báez envió al tiro de esquina. Un remate de Mariano Acosta pegó en un defensor y también se fue al corner. Y sobre el final, Silvio Fuentes ensayó potente disparo, pero Báez despejó el balón con sus puños. No hubo tiempo para más. La igualdad estaba sellada. Las declaraciones de todos los integrantes del plantel son iguales: “Ya va a entrar”. Pero la verdad es que a la hora de concretar siempre surge un problema que lo impide. ¿Los goles llegarán antes de fin de año? ¿O los guardamos para la segunda rueda?
Héctor Quatrida
No hay comentarios:
Publicar un comentario