Liniers se reencontró con el triunfo. Y no es poco. Como si fuera una constante en los últimos años, el equipo nuevamente está en una etapa de formación. Por ello, es importante no perder el tren, y el triunfo ante Deportivo Paraguayo resultó fundamental.
Luego de un comienzo en el que ambos equipos insinuaron repartirse el protagonismo, a partir de los 10 minutos aproximadamente el conjunto de Ruggero empezó a notar ciertas fragilidades en el elenco visitante y, poco a poco, fue aprovechando algunas contras para generar peligro en el arco defendido por Leandro García. El arquero de Paraguayo tuvo demasiado trabajo en los 45 iniciales: a los 14, le contuvo un remate a Hugo Palmerola, tras un buen pase de Darío Fernández. Dos minutos después, el uno visitante logró taparle un mano a mano otra vez a Palmerola y, en el rebote, volvió a lucirse ante Fernández que intentó picarle el balón. Luego de estas dos situaciones, La Topadora ganó en confianza y se convirtió en el dueño absoluto del encuentro. No sólo porque monopolizó el balón, sino también por mostrar un gran sentido estético, el que pregona su cuerpo técnico. Liniers inclinó la cancha y abrumó a su adversario con un argumento sencillo, aunque pocas veces utilizado en el fútbol argentino: pelota al ras del piso, salida clara por las bandas y triangulación. En ese contexto, hay que señalar además que los dirigidos por Luis González no apelaron al juego brusco para cortar el circuito futbolístico de Liniers. Y, aunque parezca un dato menor, no lo es. Ya que, en los tiempos que corren, no son muchos los entrenadores que se comprometen con el espectáculo. Decíamos que el Celeste era superior a su rival. Porque Daniel Casais trasladó el balón con precisión y velocidad. Palmerola intentó siempre llegar hasta el fondo con la pelota dominada para asistir a un compañero, y Silvio Fuentes, afianzado en el centro del campo, funcionó como eje del equipo, encontrando en algunas oportunidades por el sector izquierdo a Ismael Rodríguez que permanentemente ganó las espaldas de los mediocampistas de Paraguayo. Evidenciando tal dominio, la apertura del marcador no tardó en llegar: a los 35, Casais metió un pase al área para Javier Cermesoni que, a pesar de la marca, logró girar y sacar el remate. El balón pegó en el arquero y el rebote lo capturó Palmerola que definió con un toque de derecha. Cinco minutos más tarde, Liniers pudo haber ampliado cifras: Leandro García rechazó con los puños un potente remate de Palmerola desde el borde del área penal, y cuando entraba Ismael Rodríguez para empujar la pelota, Silvio Gutiérrez llegó antes para despejar sobre la línea de gol.
En el segundo tiempo, Paraguayo avisó que no iba a darse por vencido: a los 3, Leonardo Ortíz tuvo la chance de igualar, pero su disparo desde el borde del área penal se fue desviado. De todas maneras, Liniers siguió dominando las acciones y a los 17 llegó el segundo grito de la tarde: un contraataque iniciado por Fuentes derivó en una habilitación para Palmerola. El hábil delantero Celeste, que reapareció en el equipo tras una lesión, fue hasta el fondo y envió un pase largo que recorrió el área para la entrada de Ismael Rodríguez, que definió de zurda con la cara interna de su botín. Parecía que se venía la goleada, pero dos minutos después Eliseo López descontó con un poderoso remate de derecha para darle un poco de suspenso al partido. Liniers bajó un poco el ritmo, aunque las acciones estuvieron controladas. Más aún, cuando la visita se quedó con diez por la expulsión de Ortíz cuando transcurrían 29 minutos. Así y todo, con un jugador menos, Paraguayo contó con su oportunidad más clara a los 35: tiro libre frontal ejecutado por Luis Cuello. La pinchó de zurda para la cabeza de Sebastián Pugliese, que hizo dar dos pasos hacia atrás a Marcos Fernández para que el brillante arquero se estirara y enviara la pelota al corner. Hubiese sido injusto si terminaba en gol. Liniers fue superior a lo largo de los noventa minutos.
Luego de un comienzo en el que ambos equipos insinuaron repartirse el protagonismo, a partir de los 10 minutos aproximadamente el conjunto de Ruggero empezó a notar ciertas fragilidades en el elenco visitante y, poco a poco, fue aprovechando algunas contras para generar peligro en el arco defendido por Leandro García. El arquero de Paraguayo tuvo demasiado trabajo en los 45 iniciales: a los 14, le contuvo un remate a Hugo Palmerola, tras un buen pase de Darío Fernández. Dos minutos después, el uno visitante logró taparle un mano a mano otra vez a Palmerola y, en el rebote, volvió a lucirse ante Fernández que intentó picarle el balón. Luego de estas dos situaciones, La Topadora ganó en confianza y se convirtió en el dueño absoluto del encuentro. No sólo porque monopolizó el balón, sino también por mostrar un gran sentido estético, el que pregona su cuerpo técnico. Liniers inclinó la cancha y abrumó a su adversario con un argumento sencillo, aunque pocas veces utilizado en el fútbol argentino: pelota al ras del piso, salida clara por las bandas y triangulación. En ese contexto, hay que señalar además que los dirigidos por Luis González no apelaron al juego brusco para cortar el circuito futbolístico de Liniers. Y, aunque parezca un dato menor, no lo es. Ya que, en los tiempos que corren, no son muchos los entrenadores que se comprometen con el espectáculo. Decíamos que el Celeste era superior a su rival. Porque Daniel Casais trasladó el balón con precisión y velocidad. Palmerola intentó siempre llegar hasta el fondo con la pelota dominada para asistir a un compañero, y Silvio Fuentes, afianzado en el centro del campo, funcionó como eje del equipo, encontrando en algunas oportunidades por el sector izquierdo a Ismael Rodríguez que permanentemente ganó las espaldas de los mediocampistas de Paraguayo. Evidenciando tal dominio, la apertura del marcador no tardó en llegar: a los 35, Casais metió un pase al área para Javier Cermesoni que, a pesar de la marca, logró girar y sacar el remate. El balón pegó en el arquero y el rebote lo capturó Palmerola que definió con un toque de derecha. Cinco minutos más tarde, Liniers pudo haber ampliado cifras: Leandro García rechazó con los puños un potente remate de Palmerola desde el borde del área penal, y cuando entraba Ismael Rodríguez para empujar la pelota, Silvio Gutiérrez llegó antes para despejar sobre la línea de gol.
En el segundo tiempo, Paraguayo avisó que no iba a darse por vencido: a los 3, Leonardo Ortíz tuvo la chance de igualar, pero su disparo desde el borde del área penal se fue desviado. De todas maneras, Liniers siguió dominando las acciones y a los 17 llegó el segundo grito de la tarde: un contraataque iniciado por Fuentes derivó en una habilitación para Palmerola. El hábil delantero Celeste, que reapareció en el equipo tras una lesión, fue hasta el fondo y envió un pase largo que recorrió el área para la entrada de Ismael Rodríguez, que definió de zurda con la cara interna de su botín. Parecía que se venía la goleada, pero dos minutos después Eliseo López descontó con un poderoso remate de derecha para darle un poco de suspenso al partido. Liniers bajó un poco el ritmo, aunque las acciones estuvieron controladas. Más aún, cuando la visita se quedó con diez por la expulsión de Ortíz cuando transcurrían 29 minutos. Así y todo, con un jugador menos, Paraguayo contó con su oportunidad más clara a los 35: tiro libre frontal ejecutado por Luis Cuello. La pinchó de zurda para la cabeza de Sebastián Pugliese, que hizo dar dos pasos hacia atrás a Marcos Fernández para que el brillante arquero se estirara y enviara la pelota al corner. Hubiese sido injusto si terminaba en gol. Liniers fue superior a lo largo de los noventa minutos.
Poco a poco, se va ganando en solidez defensiva. Aunque alguna distracción, a veces, provoque ciertos sinsabores. El bloque se va armando, fundamentalmente por la personalidad y despliegue de López y Banegas. Por los costados, dos jugadores de similares características como Casais y Stansiola, están indicando el camino de un juego de superior manejo en la categoría. La experiencia de Romero y Fuentes en el mediocampo resulta fundamental. Rodríguez y Cermesoni ya llegaron a la red y eso les generó mucha confianza, además de una enorme felicidad, por cierto. Los iluminados Palmerola y Bareiro mantienen viva la esperanza de los que queremos ver algo distinto en el fútbol. Darío Fernández, mucho más metido en los partidos, mejorará notablemente su producción cuando se reencuentre con la red. Y de Marcos Fernández que más se puede agregar: capitán, figura, posee brillantes condiciones, tiene una enorme personalidad y se fortalece en los momentos difíciles. Un líder natural. Todas estas son las reflexiones que nos dejaron los primeros nueve partidos. Pronto vendrán compromisos difíciles. Sin dudas. Pero, aunando fuerzas se logrará salir adelante.
Héctor Quatrida
1 comentario:
No estoy de acuerdo que se diga que los dos centrales se van afianzando en sus puestos con personalidad y luego comentemos que se distraen y provocan sinsabores en la valla de marcos, en que quedamos, si no hacemos criticas constructivas veraces no sirve el comentario.A mi parecer, todabia no se siente seguro Lopez,(pero lo superara seguramente a medida que pase el tiempo)y Banegas mejoro bastante,
y va en alza su actuacion,pero les falta,no podemos negarlo. O no vemos que marcos no sale jugando con lopez. Seamos sinceros por el bien de todos y evitaremos criticas que nos harian daño.
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