La propuesta ofensiva no fue suficiente

En su debut como local en el campeonato, Liniers no pudo alzarse con la victoria ante San Martín de Burzaco, ya que finalizó igualando en dos tantos. Fue una apertura de partido sencillamente espectacular: Palmerola capitalizó el balón e intentó entrar al área, pero al chocar con el defensor Arrúa, la pelota le quedó detrás suyo. Entonces, Fuentes, que estaba cerca de la jugada, ensayó de zurda un remate bajo con mucha fuerza y precisión, que ingresó junto al palo derecho del arco defendido por Bonet. Todo antes de los quince segundos y sin que la visita atinara a respuesta alguna.

Ese comienzo le dio a Liniers la tranquilidad para manejar correctamente el balón, sumado a la confianza de Palmerola y Bareiro para encarar rivales y pretender hacer la jugada desequilibrante. En este contexto, vimos a un San Martín desorientado en la primera etapa que sólo contó con un remate de Godoy en el travesaño, en una acción aislada cuando transcurrían 39 minutos. De todas maneras, ya en ese momento el desarrollo del encuentro era más equilibrado. Sin olvidarnos del gol anulado a Palmerola a los 44 del primer tiempo (para nosotros no hubo falta del delantero al arquero).
En el complemento, el celeste prevaleció ante su rival en un primer cuarto de hora por demás alentador. Más aún, cuando a los 13 minutos, Banegas, de cabeza, colocó el 2-0 parcial, tras un tiro libre ejecutado por Casais. A pesar de ello, fueron apareciendo algunos contratiempos, que con el correr de los minutos y el descuento de Godoy, de cabeza, a los 27, se transformaron en un problema para Liniers. Hubo desconcentraciones peligrosas, imprecisiones en los pases y, con todo, Fuentes estrelló un tiro en el travesaño. Sin embargo, a los 33, la visita encontró el empate en un corner ejecutado por Ibáñez, que Ortega cabeceó defectuosamente y la pelota dio en el pié de Stansiola, descolocándolo al arquero Marcos Fernández. De allí en más, el equipo se fue desdibujando y hasta sufrió la pérdida de Stansiola por juego brusco sobre el final del cotejo.

Algo quedó en evidencia: el equipo siempre fue protagonista. Quizás le pudo haber faltado poder de definición o se cometieron desacoples defensivos. Pero todo fue producto de ese permanente ir para adelante que caracterizó a esta formación en estos dos encuentros. Eso, más allá de los resultados, es lo que vale. Lo demás irá llegando, en menor o mayor tiempo. No hay duda alguna.

Héctor Quatrida