Finalmente no se pudo. Riestra, tal cual estaba previsto jugó al error del rival. Y Liniers se equivocó. Soto perdió un gol increíble en el primer tiempo y la expulsión de Pablo Mastandrea en el segundo fue determinante. Tras cartón Federico Quintana aprovechó su ocasión y dejó a La Topadora con las manos vacías. El equipo lo buscó, sin muchas ideas, pero con aptitud. Chocó siempre contra un rival muy bien parado, que volvió a hacer su negocio. Siendo amarrete ante los ojos, pero efectivo a la hora de sumar. Riestra está en la final.
Argentino de Quilmes con dos goles de Damián Solferino superó a un Atlas muy nervioso, que se enloqueció rápidamente. Sufrió dos expulsiones y rifó su chance de acceder a la final. Llega el Mate en consecuencia, con su estilo generoso, pero teniendo inconsistencias en el fondo.
En definitiva dos estilos distintos se enfrentarán en la final para llegar a jugar con Defensores Unidos.
Liniers a pensar en el futuro. Se llegó hasta donde se pudo. Es hora de reflexionar, replantear muchos errores cometidos al comienzo de la temporada y con un equipo diezmado, sin recambio, terminó decorosamente y dejando todo. No dio el combustible para más. Enfrentó justo a un rival muy serio, menoscabado a veces por la reticencia de su propuesta o por su poca convocatoria, pero por méritos propios llegó a la final.
Esperemos que con la mente fría las decisiones sean acertadas. De una vez por todas es hora de mantener un proyecto futbolístico, una base de jugadores, darle oportunidad a chicos que vienen de abajo e incorporar pocos elementos, pero que marquen la diferencia. Una tarea nada fácil. Las decisiones que se tomen en los próximos días marcarán el camino de la futura campaña. A no equivocarse.
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