Liniers volvió a perder y a falta de 9 fechas deberá comenzar a sumar de a tres si no quiere ver comprometida su clasificación al reducido. Más allá de un resultado, nos preocupan otras cuestiones. La Topadora cumplió al pié de la letra su libreto en los primeros 30 minutos. El esquema no fue el habitual en función de haber decidido el cuerpo técnico esperar una semana más a Palmerola para su recuperación y con la novedad de la lesión de Luis Stansiola, en su rodilla, que deberá estar inactivo entre 20 días y un mes, y Walter Mastandrea ausente por casamiento, el panorama comenzaba a complicarse. A ello se sumaba la ausencia obligada de Manuel Albornoz. Por lo tanto, obligado por las circunstancias, Ruggero armó un 4-2-3-1, evidentemente con la idea de hacerse fuerte en el medio y tratar de sorprender con alguna llegada. La idea funcionó durante los primeros 30 minutos, con Schiavello sobre Bianchi, Virano sobre Trejo (el armador del Funebrero), tratando de salir por el lado de Mauricio Soto, sumándole mucha concentración, Liniers le jugaba de igual a igual a un Midland que comenzaba a intranquilizarse, y por si fuera poco contaba con las mejores llegadas, como una de Landriel que el arquero Paz tapó magistralmente. Pero bastó que apareciese Buono en escena, primero exigiendo a Fernández que evitó por arriba del horizontal un violento remate del delantero y tras el córner con un perfecto cabezazo (al amparo del descuido de Angel López), para comenzar Midland a liquidar el pleito. Porque Liniers, una vez más, no tuvo argumentos como para revertir la historia. El esquema estaba modestamente diseñado para traerse un resultado, pero no armado para atacar o al menos para llegar con fútbol. Sin muchas luces ofensivas, no hubo tampoco creación en el medio. Sobre el final de la etapa el árbitro Carlos Lozano, a instancias del segundo línea, ignoró una clara posición adelantada de Bianchi, que participaba en la jugada con Lucas Buono, que en definitiva se hizo de la pelota y fue trabado ilícitamente por Schiavello dentro del área. Ráudamente Lozano sancionó el penal que Marcos Fernández brillantemente se lució al contener. Golpe psicológico favorable? Eso pensábamos para el arranque del complemento, pero nada de ello pasó. Un dominio intrascendente, que no generó mayor riesgo al arquero local. Por el contrario, Midland se movió con soltura de contragolpe, y en uno de ellos Lucas Buono amplió cifras con certero derechazo. La última media hora estuvo de más. Marcos Fernández evitó la goleada en un par de intervenciones, y nuevamente Oscar Romero con su sacrificio y Ariel Virano, confirmando su buen nivel, quedaron como lo más destacable de un equipo vacío de alma. Que no mostró rebeldía cuando el fútbol escaseó y que lamentablemente ante la ausencia de titulares indiscutidos, vuelve a hacer notorio su escaséz de recambio. Algo que parece imposible de modificar en este momento. Los chicos que debutan demuestran estar faltos de rodaje. Peligra la clasificación? Indudablemente se deberán obtener buenos resultados frente a "equipos potables", especialmente de local. Pero más allá de ello. Más allá de un resultado como éste de Libertad. Tiene realmente el equipo chances ciertas de pelear un ascenso?. La imagen que nos llevamos de Libertad abre un gran interrogante.
Víctor Marinelli
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