Mentalidad Reducida

Liniers comenzó mal el año, en su visita a Campana no pudo traerse más que un punto, aunque al final del encuentro casi se queda sin nada. Puerto Nuevo pegó más de lo que jugó, pero le alcanzó para transformar a Marcos Fernández en figura y dejar en ridículo a un equipo que suponíamos candidato al título.
Los primeros 45 minutos no dejaron demasiado para analizar, aunque el equipo de Ruggero intentaba jugar por abajo, sus dirigidos nunca pudieron dar más de dos pases seguidos y el limitadísimo equipo local se las arreglaba como podía para mantener su arco en cero. Recién a los 41 Liniers produjo una jugada asociada y los de Robina tuvieron que ir a sacar del medio; buen pase al vacío de Romero para Walter Mastandrea por la izquierda, centro perfecto a la cabeza del Pili Ángel López, y gol del zaguero devenido a mediocampista central.
Al rato nomás, a instancias de Matías Laura (asistente número uno), Biasutto De Vicenzo le anuló un gol a Orlando Sosa por un dudoso off - side. Faltaba el segundo tiempo y muchos pensaban en la goleada celeste, pero...
En la segunda mitad, a los cinco minutos, Walter Mastandrea desperdició una chance clara al definir por arriba ante el achique del arquero local, Raúl Vázquez. A partir de ahí, Puerto Nuevo salió a buscar el empate con la decisión que antes no había mostrado. Primero avisó Juan Martínez con una media vuelta que tapó Fernández. Y a los 16 llegó la igualdad; pelota parada, centro de Canale, cabezazo goleador del capitán y figura del conjunto Bohemio, Carlos Aguirre.
El mismo Aguirre había sido amonestado dos minutos antes de señalar la conquista, bien pudo haber sido su segunda amonestación y consecuente expulsión, ya que en el primer tiempo De Vicenzo le perdonó una infracción desde atrás sobre Palmerola que merecía tarjeta. Puerto pasó de la posibilidad de estar abajo en el marcador y con un hombre menos, al empate.
Situación que aprovechó muy bien, sobre todo tras la infantil expulsión de Ángel López por un codazo sobre Damián López, al minuto 18. De ahí en más todo fue para el conjunto de Campana. Robina mandó a la cancha al experimentado Gualdoni y sus dirigidos cada vez llevaban más peligro al arco de Fernández, que primero se lució desviando un remate de media distancia ejecutado por el ingresado Marcelo González y en su intervención más destacada de la tarde, salvó a Liniers del papelón, sacándole al corner un mano a mano al mismo González, cuando solo restaban nueve minutos para el final del match.
El arbitraje fue malo, el campo de juego (se sabía de antemano) no era el más propicio para jugar por abajo. Pero enfrente estaba Puerto Nuevo; de los peores equipos del fútbol argentino.
Lo futbolístico pasa a un segundo plano cuando la mentalidad no es ganadora. Sólo diez goles en igual cantidad de juegos en condición de visitante (tres de ellos a Yupanqui) y tras 20 fechas, la figura del equipo (un equipo armado para ser campeón) sigue siendo su guardameta. A no olvidarse que Liniers es un grande.
Por el campeonato restan 14 encuentros, si usted es simpatizante del Celeste no vaya a la cancha a ver un equipo que pelea el campeonato, sino a uno que ya se está preparando para pelear el torneo reducido. Y entre pelear y ganar, hay mucho trecho.

David Tarantino