Un partido que tuvo todos los condimentos y un resultado incierto hasta el final. Hubo innumerable cantidad de situaciones de gol. Liniers le ganó 5 a 4 a Ituzaingó, que pudo liquidarlo en el primer tiempo cuando estaba 2-0 arriba y dejó con vida a La Topadora, que descontó sobre el final de la etapa, para convertirse en el segundo tiempo en una verdadera aplanadora, marcando 4 goles en algo más de media hora. Cuando todo parecía definido, revivió Ituzaingó que se acercó en el resultado y sobre la hora hasta pudo igualarlo.
Hugo Palmerola figura excluyente. Excelente, no sólo por los tres goles que convirtió (el segundo de su cosecha para guardarlo en un cuadrito) sino porque participó en los otros dos, convertidos por Luis Stansiola. También brillaron Sergio Alvarez, Damián Bevcar, Walter Mastandrea, que fue factor desequilibrante con su ingreso en el complemento, y Marcos Fernández, decisivo en los peores momentos que soportó Liniers. Pero a pesar de los cinco goles, el equipo tuvo momentos de desconcentración que le pudieron significar un resultado irremontable en el período inicial cuando estaba dos goles abajo, o en el final, cuando no supo cerrar el partido y pudo costarle caro.
El ciclo Ruggero es inmejorable: 3 victorias consecutivas, con 12 goles a favor, siendo el equipo más efectivo del torneo, ubicándose cuarto en la tabla, y acercándose a la punta. La ilusión comienza a materializarse, y se sustenta con goles. Pero atención, todavía se deberán corregir errores, esos momentos ("baches") en que el equipo parece jugar a otra cosa de la que está capacitado.
Por otra parte se le ganó a un rival de los más importantes en la categoría, al que no se vencía de local desde el 2004.
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