Luego de alcanzar la cima de la tabla, llegó lo que nadie podía suponer: 5 fechas sin victorias (3 derrotas y 2 empates) y toda la incertidumbre. El sábado era un partido clave, se jugaba de local ante Deportivo Paraguayo que nos había alcanzado en la tabla de posiciones y venía en pleno ascenso.
Daniel Messina plantó una línea de cuatro, con Schiavello por derecha, Couceiro y Renyinski de centrales y Pardo marcando la punta izquierda, en el medio Stansiola se movió por derecha, por izquierda lo colocó a Alvarez y Bevcar dominando el centro de la cancha; de enganche jugó el Tano Mastandrea, y adelante lo hicieron Hugo Palmerola y Lucas Tiedemann.
Liniers entendió que tenía que salir a buscar desde el minuto cero el partido y así lo hizo, dominó los primeros minutos y llegó el primer gol a los 12 en una jugada preparada en la semana: centro de Mastandrea, Renyinski y Tiedemann arrastran toda la defensa rival al primer palo y entra por el segundo el Chino Couceiro para definir con un cabezazo espectacular. Liniers siguió siendo el dominador, aunque Paraguayo que cuenta con jugadores muy peligrosos, buscó el empate insistentemente. Siempre la figura de Marcos Fernández estuvo presente en esos arrestos del rival, y a los 29’ llegó el segundo de La Topadora, que se venía anunciando: pelota luchada por Tiedemann, que le roba a un defensor, cede a Palmerola en la mitad de la cancha, y como le gusta a Huguito arrancó a toda velocidad (imparable) y dejando dos hombres en el camino entró al área y definió. UN GOLAZO. Sin embargo, a los 39’ llegó el descuento de Paraguayo en una escapada por la derecha que Torres anticipa a Fernández y pone el 2 a 1, premio a un equipo que nunca bajó los brazos.
El segundo tiempo se vio otro partido. A Liniers se le había escapado los dos últimos resultados sobre el final, y no quería repetir la historia. Jugó muy concentrado en que el partido tenía que terminar en triunfo y no salir a buscar una goleada, que lo único que nos daría era los mismos 3 puntos. Paraguayo se animó un poco más, pero siempre encontró a un Marcos Fernández muy atento y seguro. Los cambios demostraron éso: entró Romero (un luchador de marca) por Mastandrea, Ramos por Tiedemann (delantero x delantero) y López x Alvarez. El final encontró a un equipo que luchó como nunca. Que tuvo en Schiavello, Couceiro, Renyinski, Romero, Bevcar a unas fieras defendiendo el triunfo. Con el pitazo final del árbitro Benítez (como siempre dirigió mal) se vio el desahogo de todo el mundo. Un final emocionante. Algunos jugadores con lágrimas en los ojos, un Messina con puños cerrados y descargando toda la bronca de estos últimos partidos sin victorias y dirigentes e hinchas festejando como si se hubiera ganado una final. Todos entendían que este era el partido para despegar. Esperemos que así sea.
Daniel Messina plantó una línea de cuatro, con Schiavello por derecha, Couceiro y Renyinski de centrales y Pardo marcando la punta izquierda, en el medio Stansiola se movió por derecha, por izquierda lo colocó a Alvarez y Bevcar dominando el centro de la cancha; de enganche jugó el Tano Mastandrea, y adelante lo hicieron Hugo Palmerola y Lucas Tiedemann.
Liniers entendió que tenía que salir a buscar desde el minuto cero el partido y así lo hizo, dominó los primeros minutos y llegó el primer gol a los 12 en una jugada preparada en la semana: centro de Mastandrea, Renyinski y Tiedemann arrastran toda la defensa rival al primer palo y entra por el segundo el Chino Couceiro para definir con un cabezazo espectacular. Liniers siguió siendo el dominador, aunque Paraguayo que cuenta con jugadores muy peligrosos, buscó el empate insistentemente. Siempre la figura de Marcos Fernández estuvo presente en esos arrestos del rival, y a los 29’ llegó el segundo de La Topadora, que se venía anunciando: pelota luchada por Tiedemann, que le roba a un defensor, cede a Palmerola en la mitad de la cancha, y como le gusta a Huguito arrancó a toda velocidad (imparable) y dejando dos hombres en el camino entró al área y definió. UN GOLAZO. Sin embargo, a los 39’ llegó el descuento de Paraguayo en una escapada por la derecha que Torres anticipa a Fernández y pone el 2 a 1, premio a un equipo que nunca bajó los brazos.
El segundo tiempo se vio otro partido. A Liniers se le había escapado los dos últimos resultados sobre el final, y no quería repetir la historia. Jugó muy concentrado en que el partido tenía que terminar en triunfo y no salir a buscar una goleada, que lo único que nos daría era los mismos 3 puntos. Paraguayo se animó un poco más, pero siempre encontró a un Marcos Fernández muy atento y seguro. Los cambios demostraron éso: entró Romero (un luchador de marca) por Mastandrea, Ramos por Tiedemann (delantero x delantero) y López x Alvarez. El final encontró a un equipo que luchó como nunca. Que tuvo en Schiavello, Couceiro, Renyinski, Romero, Bevcar a unas fieras defendiendo el triunfo. Con el pitazo final del árbitro Benítez (como siempre dirigió mal) se vio el desahogo de todo el mundo. Un final emocionante. Algunos jugadores con lágrimas en los ojos, un Messina con puños cerrados y descargando toda la bronca de estos últimos partidos sin victorias y dirigentes e hinchas festejando como si se hubiera ganado una final. Todos entendían que este era el partido para despegar. Esperemos que así sea.
Roberto Moradei
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