Llegó al club en silencio a comienzo del año, pero a poco de comenzado su trabajo como entrenador del Fútbol Infantil de Liniers los resultados increíblemente comenzaron a cambiar.
Gustavo Fernández es realmente hacedor de esta sensación que resulta La Topadora en el fútbol infantil.
Liniers en las últimas temporadas competía sin mayor trascendencia. Destinado siempre a ocupar los últimos lugares en la etapa inicial clasificatoria, recibía goleadas escandalosas frente a equipos de divisiones superiores. En la segunda etapa enfrentaba en el último grupo, destinado a los más débiles, a equipos de la D, que incluso lo tenían a muy mal traer.
Pero este año la historia fue bien distinta. Se nombró un delegado en AFA, que a su vez es directivo y colaborador permanente de los chicos, Carlos Decoud, que junto a Jorge Zacarías, también directivo, son quienes permanentemente están apoyando todo lo relacionado al fútbol menor. Se incorporaron a través del técnico Gustavo Fernández nuevos jugadores que se sumaron a los pocos que quedaban de la última temporada. Se armó entonces un grupo de trabajo, que si bien es escaso en cantidad de integrantes, es enorme en voluntad, sacrificio y responsabilidad. Los recursos no son generosos, en realidad siempre son escasos, pero todo se supera con la fuerza inquebrantable de ver a Liniers en lo más alto.
Luego del primer examen nada menos que frente a Racing y de venirse Liniers con las manos vacías, Carlos Decoud comentaba que en esta temporada La Topadora iba a darle pelea a varios. Lo mirábamos incrédulos, pero no se equivocó. De a poco los resultados se fueron viendo, las actuaciones de los chicos, especialmente de la Categoría 97 daban que hablar. Pero las otras dos, 95 y 96 no le iban en zaga. Es más, en la suma de puntos al término de la etapa inicial, la 96 había sumado más que ninguna. El empate frente a Estudiantes de la 97 en el último partido fue festejado por todos. Es que Liniers llegaba por primera vez en la historia para un club de la D al segundo nivel de la fase 2, reservado generalmente para equipos de categorías superiores.
Parecía misión cumplida, pero no fue así. Se venían clubes de mayor envergadura institucional y deportivamente, que militan en el Nacional B como Almirante Brown o Defensa y Justicia, otros de la B tradicionales y grandes como Atlanta, Témperley, Español, Italiano o Talleres. Y los chicos otra vez salieron adelante. La categoría 97 peleando el campeonato hasta la antepenúltima fecha, ganándole a los más encumbrados y con la cancha invicta, 95 y 96 dando varias sorpresas, con planteles reducidos, superando muchísimas contingencias, a veces no pudiendo completar los once al empezar el partido, pero entre todas configurando una campaña épica, memorable, histórica.
Un año inigualable. El reconocimiento en A.F.A. de los delegados y directivos de otros clubes marcan que las cosas se hicieron muy bien. Liniers está haciendo historia en el fútbol infantil. Y ya se lo menciona como candidato a disputar algún torneo en el interior del país.
Pero nosotros, también debemos hacer un reconocimiento especial a todos los chicos que tan bien defienden los colores del club, a Gustavo Fernández, el gran hacedor de este milagro y a quienes colaboran con él, especialmente a Carlos Decoud y Jorge Zacarías.
Víctor Marinelli