A lo largo del torneo habrá que exponer nuevos atributos frente a las diferentes complejidades que planteen los ocasionales rivales. Salir airoso, conseguir el objetivo y seguir adelante será sin dudas más valioso que ganar partidos por diferencias abismales. Es el producto que deja la última presentación, si la comparamos con la de 7 días atrás.
Esta vez, Lugano fue un rival durísimo, sumamente luchador, que sin dar ventajas, se multiplicó para lograr contener (a veces al filo del reglamento) los intentos celestes. La salida de Oscar Romero y la imprevista ausencia de Mauro Rodríguez obligaron a Daniel Messina a producir un par de cambios en el medio. Por primera vez jugó Gustavo Oyola y mantuvo Darío Schiavello la titularidad.
El nivel de ansiedad cayó rápidamente. El viento jugó un rol fundamental en el primer tiempo. Pocas situaciones de gol, pelotas divididas sin destino claro. Liniers no pudo desarrollar el fútbol que acostumbra a generar y Lugano, tratando de no dar ventajas, aferrado al cero, viviendo el partido como una final. No tenía demasiados sobresaltos, y su negocio parecía redondo.
Antes de concluir la etapa, hizo su debut Gonzalo "Coqui" Jiménez. Fue el aperitivo para lo que vendría en los últimos 45.
Liniers parece generar cierta confianza generalizada, más con viento a favor. Se presentía que sacaría chapa en el complemento para llevarse por delante a su enjundioso rival. Y algo así sucedió, aunque por ráfagas. A los 5 Fanuele remató cerca del travesaño, dos minutos después combinación profunda entre Stansiola y Fuentes, que éste definió junto a un poste y salvó con esfuerzo el arquero. El envión futbolístico ya merecía traducirse en la red. Y fue a los 9, luego de un centro sobre el área, que Polack bajó la pelota con el brazo dentro del área. La sanción del penal por parte de Carreras fue muy discutida por los visitantes. Pero la infracción existió. Algunos árbitros se hacen los distraídos. La ejecución impecable de Silvio Fuentes sirvió para desnivelar.
Comenzó allí otro partido. El nerviosismo ganó al visitante, y Liniers no tuvo la suficiente frialdad para liquidarlo. Era más, pero cada tanto sufría en los centros. Las situaciones claras siguieron siendo del local. Tiedemann y Stansiola estuvieron cerca en un par de ocasiones. Lugano quiso quemar las naves con los cambios, pero se quedó en eso. Liniers se fortaleció en el medio, crecieron Bevcar y Schiavello, Fanuele siguió generando y el ingreso de Alvarez sobre el final le dio más marca. Palmerola resultó imparable, al menos por medios lícitos. Con todo, Lugano buscó inquietar con centros cruzados (y en alguna oportunidad lo hizo) sin resignarse hasta el final. Ese fue su gran mérito, compensar sus carencias con un despliegue asombroso.
Linies superó un obstáculo difícil. Por momentos se puso el frac desarrollando el fútbol fluído al que nos tiene acostumbrados, y por otros el overol, luchando y peleando cada pelota como la última.
Lucas Tiedemann, una fiera, asombra por su entrega y potencia, fue la figura, bien acompañado por Fanuele, Bevcar y Schiavello. Coqui Jiménez promete ser un argumento ofensivo vital, todavía está falto de rodaje.
A José Carreras le pesó cobrar un penal muy cuestionado por los visitantes. A partir de allí se lo vio nervioso, le sacó más amarillas al que menos pegó (Liniers). Adicionó insospechadamente 5 minutos.
La Topadora sigue su serie triunfal, de local impecable: 9 puntos, 9 goles a favor y ninguno en contra. Habrá que reafirmarlo de visitante, con todos los obstáculos que seguramente encontrará al tener puesta, por méritos propios, la pilcha de candidato.
Víctor Marinelli
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