Un partido que sin dudas en los últimos años siempre ha tenido un sabor especial. Berazategui es el quinto año que milita en la D desde su vuelta, y en todos los torneos ha sido protagonista, negándosele el ascenso en las instancias finales, cuando era el candidato de todos. Algo similar le ocurrió a Liniers en las últimas tres temporadas. Increíblemente por distintas razones, algunas explicables y otras no, el equipo no conseguía el objetivo.
En esta temporada, otra vez ambos en la lucha, aunque con matices diferentes. La realidad marca un momento inmejorable en La Topadora, con una racha de 8 partidos sin perder, con 6 victorias en serie, y una sola derrota en los últimos 17 cotejos (una rueda). Muy por el contrario, Berazategui sumergido en sus propios problemas internos, luego de alcanzar la punta, ha ido perdiendo terreno increíblemente (inclusive los puntos que mal había ganado en un escritorio frente a Claypole), encontrándo a 12 puntos de la punta y con muy pocas chances de llegar al campeonato.
La situación de crísis llega al punto que los directivos de Berazategui prefirieron seguir jugando de locales en Quilmes (al no terminar sospechosamente los trabajos en su estadio) y encima sin su propio público. Realmente una apuesta muy fuerte, que marca la realidad del club naranja.
Liniers tiene la gran oportunidad de acercarse al puntero, toda vez que en caso de vencer quedará a sólo 2 puntos de Defensores Unidos.
Oscar Canteros recibió 2 fechas de suspensión a raíz de la expulsión ante Ferro Carril Urquiza y seguramente será reemplazado por Carlos Bordón.
Por lo tanto, el lunes a las 16.00 en cancha de Quilmes con el arbitraje de Nicolás Lamolina, Liniers saldría con: Fernández; Couceiro, Carlos Bordón y Remy; Aversa, Bevcar, Manuel Bordón y Alvarez; Fuentes; Bianchi y Pastrana.
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