Entre los partidos que restaban para terminar el torneo, sin dudas, el de Berazategui era el más complicado. Más allá de la floja campaña del equipo naranja, la historia indicaba que a Liniers siempre de visitante este partido fue "chivo". Más allá de insólitos arbitrajes como el tristemente célebre de Claudio Benítez el año pasado, o la frustración vivida en el Estadio Ciudad de La Plata al final del anterior torneo. Berazategui siempre nos complica, y esta vez no fue la excepción.
Tal vez la mayor amargura de este último traspié es que Liniers perdió por su propia confución, más que por méritos ajenos, que no fueron tantos. Los errores del celeste le abrieron el camino al naranja. Asimismo, para completar una jornada aciaga, Nicolás Lamolina debió tener la peor actuación en su corta carrera.
Y las sorpresas comenzaron en la formación del equipo. Inesperadamente Fernando Cáceres no estaba entre los once, y más aún ni en el banco de suplentes. Sí lo pudimos ver, pero en el banco de la platea, y en perfectas condiciones físicas.
Liniers fue el que dominó en la mayor parte del primer tiempo, sin convicción, fue tibio a la hora de pisar el área. Muy por el contrario, Berazategui aprovechó al máximo sus oportunidades. Primero en un tiro libre de Islas, convirtiendo abajo al palo del arquero, y luego en un cabezazo, que se desvió en Fuentes. La salvedad en el primer gol: grave error del árbitro que sancionó una falta, cuando la jugada estaba viciada de nulidad al tener el línea la bandera levantada por un off-side previo. Promediaba el período y dos goles abajo. Liniers apenas arrimaba riesgo a través de algún tiro de media distancia de Fuentes, o alguna llegada de Aversa. La Topadora proponía sin claridad, y Berazategui, se defendía y contragolpeaba con peligro.
Con la esperanza de cambiar la historia en el complemento, salió Liniers con decisión a descontar. Nuevamente errores en los cambios entorpecieron esa intención. A poco de comenzar salió Alvarez, que indudablemente parece no sentir la función de carrilero, ingresando Rodrigo Sánchez, de pasado en Claypole, tenía seguramente una sed de protagonismo especial. Pero la sorpresa llegó a los pocos minutos cuando sale Fernando Bianchi, el goleador del equipo, ingresando Palmerola. El técnico tuvo una idea que con el paso de los minutos nunca llegamos a entender. Liniers contó con situaciones para descontar en los pies de Pastrana, que no repitió anteriores partidos, y la más clara la tuvo Fuentes que sólo frente al arquero se la tiró a las manos. El partido cobró por momentos un ritmo infernal, de ida y vuelta, porque Berazategui con pelotazos largos, llegó con peligro y exigió la atención de Fernández en varias ocasiones. Liniers buscando denodadamente descontar, se metía inocentemente en el embudo naranja. Promediando la etapa, el técnico Quercia definitivamente terminó de liquidar las expectativas que teníamos. Ingresó Negretti, cuya presencia resultaba indiscutible, pero salió Aversa, el jugador símbolo del equipo en los últimos partidos, aquel de los goles increíbles sobre el final de los partidos. Y la confusión fue total. Rodrigo Sánchez apareció por momentos como carrilero por derecha, luego de punta. Palmerola no encontró nunca su posición. Fuentes fue por momentos carrilero, por otros delantero. En fin, la expulsión de Remy, incomprensible, sin haber estado amonestado y sin ser último hombre, recibió tarjeta roja directa, de un árbitro que debería haber terminado rojo de vergüenza junto a sus colaboradores, con los que nunca llegó a entenderse.
Liniers trató de quemar las naves, expuesto a recibir más goles. En un momento del partido su dibujo fue 2 atrás (Carlos Bordón y Couceiro), 4 en el medio (Sánchez, Manuel Bordón, Bevcar y Fuentes) y 3 adelante (Palmerola, Negretti y Pastrana). De poco sirvió, apenas un cabezazo de Negretti cerca de un poste. Muchas ganas, pero la falta de ideas fue mayúscula, y quedó además demostrado que sumar atacantes de poco sirve, porque terminan todo amontonados y sin espacio. Liniers no generó juego por afuera, siempre buscó por adentro. Berazategui terminó agradeciéndolo.
La frutilla del postre la dio otra vez Lamolina en colaboración con el primer línea, que se equivocaba reiteradamente al marcar posiciones adelantadas. Primero el árbitro sanciona una inexistente infracción del Fernández con penal. La ejecución la efectúa Prado y contiene en gran forma el arquero. Imprevistamente el línea le marca un supuesto adelantamiento del guardavallas. Finalmente el jugador naranja convierte de manera furibunda.
Concluyó así un partido para olvidar rápidamente. Cristian Couceiro fue el mejor jugador de Liniers. El resto, en general no estuvieron en el nivel conocido. Muy lejos Pastrana y Manuel Bordón. Pero en esta actuación desafortunada, también tiene responsabilidad Sebastián Quercia, con cambios que parecieron hechos por el enemigo. En lugar de aclarar el panorama, lo oscureció.
Una derrota nada más, y 8 finales en vista. La diferencia de Defensores Unidos, simplemente se elevó un punto al cabo de esta jornada. Berazategui, ya dijimos, era el escollo más complicado. Prácticamente en lo que queda, habrá que ganar casi la totalidad de los partidos. No es imposible, ni mucho menos. Sabemos de la capacidad de este equipo y el nivel de la mayoría de los jugadores. Felizmente el próximo rival es de los más flojos del torneo. Una oportunidad inmejorable para ganar, convencer, y retomar la senda victoriosa, dependiendo ahora más que nunca que Defensores Unidos -al que le queda un fixture más complicado- dé algún paso en falso. No es imposible, cuando se tiene la presión de la punta y de toda una ciudad detrás.
Víctor Marinelli
1 comentario:
victor yo te pregunto ¿si el dt no sabe hacer los cambiospara que esta zamacola? gracias y aguante la topadora...
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